Crítica: Zipi y Zape y el club de la canica






 Zipi y Zape, dos traviesos mellizos, son internados en el Esperanza, un colegio donde los juegos están prohibidos. Allí fundarán el Club de la Canica, la resistencia infantil que desafiará la autoridad de los adultos. Gracias a su inteligencia, su valentía y su inquebrantable fe en la amistad, Zipi y Zape y el resto del club descubrirán un misterioso secreto que se oculta en el colegio y vivirán la aventura más emocionante de sus vidas.


Llevaba mucho tiempo queriendo ver esta película, pero por alguna razón no fue hasta ayer que decidí hacerlo. Y puedo decir que sin duda alguna es de las mejores películas españolas que he visto.

Creo que todos los que son de la generación de los 90, como yo, conocerán a los irónicos gemelos Zipi y Zape, los hermanos que no paraban de hacer travesuras. En esta película nos lo vuelven a presentar, y sin duda, representan a la perfección como yo los veía. Dos hermanos que lo único que querían era jugar y divertirse. Sin embargo, estos no son los únicos personajes de la historia. Yo destacaría a los tres amigos de los protagonistas, porque juntos consiguen formar una pandilla que todos hubiéramos querido tener cuando éramos pequeños.

También voy a destacar la parte de misterio, pues aunque para los que ya seamos más mayores sea un poco previsible, eso no nos impedirá disfrutar. ¿Por qué? La razón es sencilla, y es que es una aventura demasiado entrañable que está rodeada de juegos y juguetes de los de antes.

He leído muchas críticas que se quejan porque esta película es previsible, infantil, un poco exagerada... y tienen razón. Pero es que es una película dirigida a los niños. Los personajes van a tener personalidades muy marcadas, pues lo que en verdad importa es el mensaje y la aventura que viven. Además, si fuera más compleja los niños, el público principal, se cansaría raído, y el cine al fin y al cabo es una industria y sabe que si hubieran hecho un largometraje más serio no hubiera tenido tan buena recepción en los cines.


Además, es un gran logro que desde hace mucho tiempo nos muestren una película donde no hayan móviles, ordenadores... al estilo de los Goonies, el club de la canica busca su propia historia a través de un mapa, unas simples canicas y las ganas de pasarlo bien.

El mensaje también es muy positivo, pues nos dice que tenemos que sacar el niño que llevamos dentro y que estos, además, deben seguir lo que ellos creen. Básicamente, la película trata de enseñarnos como volver a vivir aventuras y a romper un poco las normas de vez en cuando.

Es la primera película que veo este año de la que no puedo decir nada malo.

Lo mejor: El mensaje de la película y su desarrollo.
Lo peor: Absolutamente nada

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